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lunes, 4 de agosto de 2025

Mis primeros postres: errores, aprendizajes y éxitos

Si hay algo que nunca se olvida en la cocina, es la primera vez que intentas preparar una torta desde cero. Para mí, fue una mezcla de emoción, nervios, y muchas dudas. ¿Leudaría bien? ¿Se me quemaría? ¿Saldría tan rico como los que hacía mi mamá? La verdad: cometí errores, aprendí mucho… y también logré pequeñas victorias que hoy se convirtieron en parte de mi camino repostero.

En este post quiero contarte cómo fueron mis primeros intentos haciendo tortas caseras, lo que salió mal, lo que me enseñó la práctica y cómo cada torta fue una oportunidad para mejorar.

Mi primera torta: el gran caos (pero con cariño)

Recuerdo claramente mi primera torta. Quería hacer una torta de vainilla básica para el cumpleaños de mi hermano. Seguí una receta que encontré en internet, pero no revisé bien si tenía todos los ingredientes. Usé harina con levadura vencida, margarina en lugar de mantequilla, y abrí el horno cada 10 minutos para ver si subía.

El resultado: una torta chata, con la parte de arriba hundida, y un sabor medio raro. Pero lo curioso es que mi familia igual se la comió con cariño. Mi hermano dijo: “Está rica, aunque no se parezca a las de la pastelería”. Ese apoyo fue suficiente para no rendirme.

Mis primeros postres: errores, aprendizajes y éxitos


@anatorancio Por un 2025 lleno de tortitas y nuevos aprendizajes ✨#pasteleria #torta #fyp ♬ original sound - João Victor

Errores que cometí (y que tal vez tú también cometas al principio)

  • No leer toda la receta antes de empezar: Me pasaba que leía el primer paso, empezaba a preparar, y luego me daba cuenta que faltaban cosas o que había que enfriar algo horas antes. Ahora sé que leer bien todo el procedimiento antes es clave.
  • Medir al ojo: Al inicio decía: “más o menos una taza… esto debe ser media cucharadita…”. Grave error. Las tortas necesitan precisión. Ahora uso tazas y cucharas medidoras y noto muchísimo la diferencia.
  • No precalentar el horno: Otro clásico. Metía la masa en frío y no leudaba bien. Ahora siempre espero unos 10 a 15 minutos para que el horno esté en la temperatura correcta.
  • Batir en exceso o muy poco: A veces batía demasiado y la torta quedaba densa. Otras veces, muy poco y no se mezclaban bien los ingredientes. Aprendí que cada etapa del batido tiene su ritmo, especialmente cuando se trata de incorporar aire a la mezcla.
  • No esperar a que se enfríe para desmoldar o decorar: Por desesperado, más de una vez rompí una torta por desmoldarla caliente o quise ponerle crema cuando aún estaba tibia. Aprendí a tener paciencia: una torta necesita tiempo para reposar y quedar perfecta.


Lo que fui aprendiendo con el tiempo

  • Con cada intento fallido, algo me quedó claro: la repostería se aprende haciendo, equivocándose y volviendo a intentar. No importa si la primera sale mal; lo importante es seguir practicando. Estas son algunas cosas que me ayudaron a mejorar:
  • Practicar una receta varias veces hasta dominarla. Una torta de vainilla, por ejemplo, la hice más de 10 veces antes de sentirme 100% seguro.
  • Preguntar y observar: Mirar cómo cocinan otros, ya sea en casa o en videos, me dio muchísimos trucos que no aparecen en las recetas escritas.
  • Tomar nota: Empecé a anotar lo que me salía bien y mal en cada intento. Así, sabía qué ajustar para la próxima.

 

Mis primeros éxitos

Uno de mis mayores logros fue cuando logré hacer una torta marmoleada que quedó esponjosa, con buen sabor y bien decorada. Era para un pequeño encargo que me hizo una vecina. Cuando me dijo “¡Me encantó! ¿Cuánto me cobrarías si quiero otra?”, supe que estaba avanzando.

También recuerdo cuando logré una torta de chocolate húmeda, con una cobertura de ganache casera, que llevé a una reunión familiar. Todos repitieron. Para mí, fue una señal de que estaba haciendo las cosas bien.


Consejos si estás empezando con tortas

  • Empieza con recetas sencillas como torta de vainilla, chocolate o zanahoria. No te frustres queriendo hacer tortas de tres pisos desde el inicio.
  • Enfócate primero en el sabor. La decoración puede mejorar con el tiempo, pero una torta sabrosa siempre será bien recibida.
  • Ten tus utensilios básicos a la mano: batidora, moldes de buen tamaño, papel manteca, espátula de silicona y una rejilla para enfriar.
  • Aprende de tus errores y celebra tus logros. Cada torta es una oportunidad para mejorar.


Lo que me dejó hacer mis primeras tortas

Más allá del aprendizaje técnico, hacer tortas me enseñó paciencia, disciplina y creatividad. Me conectó con recuerdos familiares, con momentos compartidos, y me ayudó a emprender también. Hoy, lo que antes era solo curiosidad es parte de lo que disfruto enseñar y vender.

Así que si estás empezando, no te preocupes por equivocarte. Todos empezamos por ahí. Y si una torta se te hunde, se te quiebra o no sube, recuerda: cada intento te acerca más a esa torta perfecta.

 


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